El fotógrafo programado. Toma 1

(NOTA: Si has entrado directamente aquí sin entrar a «los experimentos«, échale un ojo antes para saber qué te vas a encontrar en esta sección del Atlas)

Este suculento experimento, en realidad, no es mío, ya que la idea es….

…una propuesta del libro «TURISTA LO SERÁS TÚ» de Itziar Marcotegui y Pablo Strubell,  (autores también de «CÓMO PREPARAR UN GRAN VIAJE», de la editorial Viajera,  el cual os recomiendo si queréis hacer cualquier tipo de viaje).  El libro sugiere unas cuantas propuestas para viajar de otra manera (esta en concreto es la propuesta número 29).  Echad un vistazo al libro porque, como ahora veréis, no hace falta salir de viaje para llevarlas a cabo, y son francamente divertidas (pero es más divertido si se sale, claro).

El fotógrafo programado no es dueño de la cámara y, casi, ni de la fotografía que saca.
El experimento, con cosas añadidas por mi, es el siguiente:

1. Poner una alarma desde que te despiertas hasta que te acuestas. Programarla para que se repita en un lapso de tiempo concreto (ellos proponen cada 15 minutos).
2. En el momento en que suene la alarma debes sacar la foto desde el punto exacto en el que te encuentres. Puedes agacharte, girarte, voltearte, saltar… pero no desplazarte.
3. Tienes 30 segundos para encontrar un objetivo y fotografiarlo. Y no puede ser al tuntún. Tiene que ser una foto cuidada (aunque el entorno no acompañe).
4. El único momento a respetar es el de la siesta (si la echas) o si estás conduciendo algún vehículo o manipulando algo peligroso.
5. La última condición es opcional, y es que sean tomadas con el móvil. La edición rápida de las fotografías (mediante software del smartphone o del PC) está permitida.

Para mi experimento, el período de tiempo que me programé fue de 50 minutos, un día de fiesta (8 de diciembre de 2014), desde que me desperté hasta que me acosté.  Mi móvil tiene una cámara más que lamentable así que… las fotos son malas, malas… MALAS,  pero bueno. En otra ya sacaré la reflex… 

He aquí los resultados:

1.  10:51 – Despertar-remoloneo

 

2. 11:41. – Mitad de desayuno

3. 12:31 – Diseñando el Atlas  

4. 13:21 – Saliendo a comer con la familia (estaba con las warning, acababa de arrancar el coche)

5. 14:11 – Tratando la mano a mi hermana

6. 15:01 – Mi hermano en la sombra

7.  15:55 – Paellaaaaaaaaaaaa

8. 17:30 aprox (siesta se respeta) – Una calle de Aluche.  Sí, la hice al revés. 

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9. 18:24 – En casa de un paciente.

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10. 19:13 – Ya es de noche… … Maldito invierno. 

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11. 20:03 – Luz tenue de mi salón

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12. 21:19 (se me olvidó repetir alarma) – Pasos sobre mi pared. 

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13. 22:09  – Liándola con el ordenador

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14.  22:59  – Y otra vez la lámpara de mi salón. 

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15. ….. 00:58 (sí, se me olvidó volver a darle a la alarma) – Lavabo y… c´est fini!

Tras la experiencia, he de decir que hubo momentos muy divertidos para sacar la foto en cuestión (se echaban los segundos encima y no sabía que plano escoger), le dio un toque de variedad a la rutina. Aunque hubo momentos en que era difícil encontrar una fotografía que valiese la pena (y más con el móvil), la verdad es que me lo pasé en grande cuando dejaba de hablar con alguien y, de repente, de forma frenética, me ponía a buscar una foto. 

Vendrán más (y alguno muy divertido).