Solo llegar, quizá

 

Llegar

solo llegar, quizá.

Desnudar el alma

y esa piel que añora un íntimo contacto,

romper las barreras de lo improbable

y llegar,

solo llegar…

Quizá huimos siempre de las posibilidades,

saboteando desde dentro

la más tierna intimidad de nuestro sueños,

derramados como denso mercurio

sobre el suelo cristalino de nuestra mirada.

Y…

¿si llegamos?

¿Descubriremos que todavía

no creeremos que hemos llegado?

¿O llegar no se descubre,

simplemente

                                              … se consigue?

Quizá.

Al fin y al cabo

solo es eso,

llegar,

solo llegar,

quizá.

Keral

Sobre ausencias y más cosas:
Llevaba mucho sin publicar.

Un Viaje Creativo, el hermano viajero del Atlas, ha tenido la prioridad absoluta desde que se creó de cara a mi etapa viajera. Esa etapa ahora ha tenido un cambio, que no un final. El viaje, que iba con visos de ser de varios meses seguidos, ha vuelto a la base, a Madrid, para continuar de otra forma.

Así, el Atlas vuelve a producir, espero que de forma más continuada.

Mis disculpas a los que dejasteis de tener noticias mías.

Solo había que llegar. Quizá.

Dale tus lágrimas al aire

Dale tus lágrimas al aire
deja que él las guarde y las transforme
en punto de rocío
la mañana de un nuevo día
cubriendo las rosas amargas de ese tiempo pasado
que arañan, desgarrando,
las arterias de tu pensamiento.

Deja que coagulen y precipiten
en una masa sólida y uniforme
que puedas separar con las yemas de tus dedos
de la superficie pulida de tu mirada,
como legañas imposibles
que te impiden abrir los ojos
y que, con el líquido limpio y cristalino
permiten al fin el paso de la luz
que tanto estabas suplicando,
agazapada, oculta
improbable en tus previsiones
de oscuridades y días nublados.

Las lágrimas solo sirven
para expulsar los miedos cristalizados
y si no tenemos eso en cuenta,
que drenamos lo que nos envenena,
pudre y contamina
viviremos en la mentira
de que nunca los habíamos expulsado.

Keral

∞ (INFINITO)

“Busco un punto de colisión
entre el horizonte y tu mirada
que permita abrir otra perspectiva
del espacio que te encoge y aprisiona.
Dibujar una intersección
que cruce tu eje de ordenadas,
asíntota cruel
para todo el que trata de abordarlas,
intentando acercarse a tu superficie
sin llegar nunca a poder tocarla.

Lo tuyo es la matemática: calculas
cada tramo que atraviesas,
perdida y vagabunda,
prolongando la ecuación sumando incógnitas
(¿aun te queda abecedario?)
sin la mas mínima intención de despejarlas.

Extiendes
el tiempo y el espacio,
dándoles un valor infinito
(“unopartidocero”)
esa es siempre tu coartada,
abates mortalmente al 8
y lo utilizas de trinchera en tu batalla:
∞… dolor
∞… duda
∞…tristeza

infinitas e incontenibles ganas de mantener cerrada
la persiana que aprisiona,
marchita
y envilece
el haz de luz
que podría llegar a ver,
algún día cualquiera,
tu hermética mirada.”

Keral

Los labios sobre los labios

Porque no hay nada más repentino
que dos labios sobre dos labios,
ciegos, avanzando a tientas,
cruzándose en el mismo instante.

Alientos confundidos,
susurros en el aire
sonrisas fugaces que vuelan
buscando dónde posarse.

Tímidos gemidos que impregnan
jugosas pausas de dulce muerte intermitente
en un tiempo que, cuanto más avanza,
más parece detenerse.

Breves instantes de líquida ausencia
donde el sapiens se empieza a extinguir
donde nadie siente sin morir previamente
y nada importa si afuera el mundo
estuviera a punto de llegar a su fin.

donde la fría noche se transforma en cálida aurora
y el espacio infinito parece caber
en el estrecho abismo que dejan dos cuerpos
que, torpemente, comienzan a amarse.

Keral

Tu paisaje

Pienso en ti
detrás de tus ojos,
en ese paisaje que lentamente dibujas,
tras el murmullo esmeralda de tu mirada.
Pienso en qué es lo que estarás proyectando en él
y en dónde estaré yo dentro de sus colinas
pienso, incluso, si me habrás llegado a esbozar
o en si te habrás dibujado a ti misma.

Pienso en los recuerdos que ayudan a construir una memoria
y hasta qué punto pueden llegar a ser capaces
de mantener intacta la esperanza
que se tiene por hacer posible una historia.

Pienso en los espejos que reflejan nuestra imagen
y en qué es lo que reflejarían
si no fuésemos nosotros
o si fuésemos los mismos extraños
que quizá alguna vez se cruzaron, sin saberlo,
en el caos distraído y asfixiante
de esta enorme ciudad sin nombre,
perdiéndonos de vista entre la muchedumbre,
olvidándonos mutuamente casi al instante.

Y pienso en mi detrás de mis ojos
y en qué hacer con mi propio paisaje,
donde estás dibujada en mitad del encuadre,
tan nítida y dolorosamente clara:
si lanzarlo al viento,
romperlo en mil pedazos,
taparlo con gruesas e incoherentes pinceladas

o, simplemente…

…intentar terminarlo.

 

Keral

El grito

En vano
tratas de replicarte,
reproducirte,
creando copias diferentes
de lo que es un único yo.

Escondes
tus ojos tras un manto escarlata
de horizontes sin salida
planeando sobre escenas
que nunca te atreviste a representar,
mientras se van secando
por las lágrimas internas,
profundas, que derramas,
y que, torpemente, te niegas a enjugar.

Tu boca es una mueca
que va mutando a cada instante,
balbuceando de alegría,
sonriendo de dolor,
derramando espuma frágil y sonora
que simula un lamento, un gemido,
una tenue y extinguida…

Gritas
y el vacío te la devuelve
letal y exacta como tanto temías,
un espejo fiel y perverso,
porque asumes que en el fondo
solo el eco sabe cómo suena tu auténtica voz.

Keral

Preguntas

¿Quién persigue nuestras noches
de sueños calcinados
y pereza entre las sábanas?

¿Quién enreda tu cabello
cuando no eres tú misma
la que juega a alborotarlo
en un mar de pensamientos distraídos?

¿Quién malgasta nuestras noches
cuando querríamos que fuesen
tiempo útil, momentos sin olvido?

¿Quién nos desvela en las profundas madrugadas
con semillas de inquietud
y surcos de sudor por la espalda?

¿Quién sale de tus noches
cuando tus noches
debieran ser solo con ticket de entrada
“one way journey”
disfruten de la velada?

¿Quién las encarcela?
¿Quién las encierra y arrincona
guardando la llave bajo llave
quitándoles la libertad de ser soñadas,
de expandirse,
de imaginarse eternas,
de llevar a cabo aquello para lo que fueron creadas?:

Aprovechar la ausencia de luz
para hacer aquello que solo puede culminarse
en medio de las sombras
y debajo de las sábanas.

Atlas (de geografía erótica)

(…) las bocas se encuentran y luchan tibiamente,
jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene
con un perfume viejo y un silencio.
(Julio Cortázar)

Abro tu boca,
lentamente, con mis labios,
la abro
expectante por recibir esa caricia,
húmeda y jugosa,
llamada beso.

Recorro,
tu comisura es el borde de una fina copa
de vino ardiente , denso y rojizo
al que aguardan mis papilas,
parándome y disfrutando
profunda y lentamente de cada pliegue.

Tus labios,
tiernos y carnosos, responden a la caricia,
creando una cámara estanca,
un vacío y un silencio
un acuario con dos peces luminosos
que juegan a buscarse y encontrarse
deslizándose en la íntima oscuridad
que existe entre dos caras.

Me separo
de tu boca a la piel de tus mejillas.
Como un topógrafo la mido,
la recorro,
la limito,
dejo constancia de su existencia,
tan próxima ya a la de tu cuello
que me espera, ávidamente
con el ansia de un sediento.

A él llego
con la semilla de un deseo
y un anciano temblor.
Aquí la caricia te estremece, te acentúa,
tu cuerpo me responde
con una reacción en cadena
como un seísmo dulce y profundo,
iniciando procesos misteriosos
que anticipan la llegada del magma.

Me encamino
al desierto imposible de tus dunas,
oblicuas y perfectas,
en un horizonte de ritmo palpitante
que se extiende, tentador, más allá de tu cintura.

Tu voz/tu luz
se hace más endeble, se atenúa,
cediendo su energía al comienzo del seísmo
que se engendra, contenido,
en tu más profunda litosfera,
cerca del lugar,
donde excavan mis caricias,

Tu cuerpo se transforma, tu superficie
adquiere otra postura,
otro color,
otro aroma,
otra textura,
emanando oscuras melodías
que salen por tus poros
como ardientes fumarolas.

El temblor se convierte en magma
desbordando toda esa energía y
tu voz/tu luz
regresa nítida como un disparo
liberando todo el poder que contienes
como un volcán adormecido
al que despierto de su letargo.

Keral